Que se cuide física e interiormente también. Por dentro… Que sea amable, sincero, benevolente, compasivo, leal, sociable, y que sepa manejar su entorno como es debido.
Tales características, provocarían en uno, un sentimiento de deseo tan intenso, que sólo se podría describir, haciendo la comparación de un niño deseando constantemente un postre sin primero haber probado la comida recién servida.
Un profundo sentimiento de bienestar emanaría constantemente a cada respiración y brotaría a flor de piel cada que se le acercara al sujeto.
La pareja ideal sería aquella que se está comunicando constantemente sin necesidad de hablar. Aquella que está en continuo balance y equilibrio, tanto emocional como espiritual y físico.
Un aclamo a la valentía de sentirse en unión con una persona y sin necesidad de llenarse de soledad y autocompasión.
Sentimientos tan intensos me llevan a recordar y citar un hermoso párrafo escrito por su servidora:
“Brillante como el lucero de la más bella estrella... Es así como la belleza de una pación efímera se envuelve en el aroma del goce y la libertad de sentirse unido a una persona...
Añoro aquellos tiempos de antaño en donde solía disfrutar de cuan bella sensación.
Comienzo a sentir que lo extraño; pero un impulso egoísta me obliga a evadir su más remoto recuerdo y a percibir aquello que causó la separación”...
Añoro aquellos tiempos de antaño en donde solía disfrutar de cuan bella sensación.
Comienzo a sentir que lo extraño; pero un impulso egoísta me obliga a evadir su más remoto recuerdo y a percibir aquello que causó la separación”...
Estar en unión con un alma, significa no ser egoístas. Pensar en uno mismo, así como en la persona que está junto a ti, significa tener respeto, compasión, amor, autocontrol y tolerancia. Significa unión.
Unión de pensamientos, de ideales o simplemente; unión de AMOR.
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