"A la gente no le interesa tu vida, le interesa resolver sus problemas"
Esa frase fue el parteaguas que me ayudó a enfocar el propósito para construir adecuadamente mi online blog. Lo leí en el artículo que publicó Antonio G. en su blog Inteligencia Viajera (inteligenciaviajera.com) en donde te dice cómo hacer un blog de viajes.
La realidad en nuestra actualidad cibernética, es que ya todo está escrito, investigado y publicado; so es aquí en donde entra en juego tu creatividad para poder crear un nuevo (e innovador) enfoque acerca de lo que te interesa compartir con las personas; y esto realmente aplica para todos los casos! Si eres un atleta y quieres ser el mejor, debes aprender de los mejores, para perfeccionar tu técnica, para aprender de sus errores y no cometerlos tú, para estudiar sus estrategias y mejorarlas con tus propias habilidades.
A veces crees tener una excelente idea y te das cuenta que ya existen cientos, o quizá miles de personas que han escrito, o de alguna otra forma, "hablado" sobre aquella misma cosa que a ti te interesa compartir desde tu propia experiencia.
Pero no por eso debes desilusionarte, cambiar de opinión o darte por vencido, pues aunque ya hayan sido plasmados más de 100 artículos hablando sobre el mismo tema que tienes en mente, tú puedes ser el número 101 que marque la diferencia. Porque tienes un estilo único y diferente de decir, escribir, redactar o contar una historia, una idea, un pensamiento o de o que te venga en gana compartir con la sociedad.
La frase es clara: A la gente NO le interesa tu vida, le interesa resolver sus problemas.
¿Qué es lo que tienes que aportar a la sociedad para poder ayudar a alguien?
Todo es recíproco. En cuanto comienzas a enfocar tus conocimientos y tus talentos para ayudar a una persona, ella misma comienza a interesarse en quién eres y cómo has llegado al punto en donde te encuentras, vaya, cuál es tu historia!
Que el trabajo de otros te ayude a tener una idea más clara sobre lo que tú quieres expresar y compartir. No se trata de copiar, se trata de aprender. No podemos hablar sobre aquello de lo que no tenemos experiencia, porque vamos a errar.
Recuerda que es muy diferente SABER a CREER SABER. En la primera, estamos seguros de lo que hacemos porque lo hemos vivido en primera persona, tenemos algún tipo de contacto o experiencia que nos ha dado el derecho de hablar sobre ello y tener argumentos y justificaciones que respalden lo que decimos. En la segunda, creemos saber simplemente porque conocemos del tema; alguien nos contó o algún amigo o familiar cercano nos aseguró que le pasó y por eso lo creemos, pero no nos ha pasado a nosotros y por ende, existe la duda.
No se trata de estar en competencia, no se trata de compararte. Porque de la única persona con la que debes competir y compararte, es ontigo mismo. Con tu yo de hace cinco años, del años pasado, de hace 2 meses, de ayer. Con el único que debes competir es con el miedo. Con tu miedo. Con tu miedo de equivocarte, de tropezar, de caer, de fracasar. No hay mayor rival en esta vida, que tú mismo. Tus propios miedos e inseguridades. Porque si no caemos, si no nos equivocamos, ¡no aprendemos!
Nunca te arrepientas de ningún día de tu vida: los días buenos dan felicidad, los días malos dan experiencia, los peores nos dan las más grandes lecciones, y los mejores dan las más dulces memorias.
Así que sal de tu zona de confort y comienza a trabajar en aquello que realmente quieres, aquello que has puesto en pausa o postergado por cualquier tipo de excusa que te hayas inventado sin saber. - "no tengo tiempo, no estoy preparado(a), necesito más recursos, no sé lo suficiente, no es el momento apropiado, necesito realizar otras cosas primero, quizá no es tan importante".
Nunca es realmente el tiempo perfecto para hacer algo. Es como planear tener un hijo. ¿Cómo saber si estás preparado para ello? ¿Cómo saber cuándo es el momento indicado? La respuesta es que en realidad nunca vas a estar 100% preparado, necesitas hacer las cosas sí o si.
Necesitas aventarte a la piscina e iniciar con el braceo y pataleo para conocer en carne propia si eres capaz, o no, de nadar. Y créeme, si te lanzas así al "rojo vivo", ten por seguro que no te hundes, quizá sientas que así sea al principio, pero al final siempre logras hacerlo si estás determinado a triunfar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario