jueves, 29 de noviembre de 2012

Luz de Belladona



Flamante lucero de inhóspita quietud, cuál mar en calma bajo la tenue mirada del manto celeste; que irradia embriago. Quietud en calma, en reposo absoluto, conocimiento efímero, sutil embeleso de la noche. Se manifiesta como mar en serenidad, como una bestia salvaje domada por el bravo jinete de los cielos, cual lúcido esplendor del recuerdo de un forajido en sosiego, en quietud, como luz. Sensación de poder y goce, segrega un sutil aroma a libertad, cromado de vívidos púrpuras que invaden tu espíritu y lo llenan de éxtasis y curiosidad; terso como la felpa, como la esponja marina de antaño. Sobredosis de alegría, suave color a esperanza. Salvaje planta de orígenes caucásicos, tono volátil de bravura y valentía, luz que emana desde tus entrañas. Débil esperanza de un estático sentir, suave a su bravura, fiel a su valentía, indomable, salvaje, fuerte característica de un estado baldío en senectud, luz metódica, luz estática, intocable. Atónita reacción de un superfluo sentir restante, en exhaustivo bienestar, refrescante aroma, sorprendente sensación, dócil, versátil. Uno se siente cegado por tal magnífica simplicidad que un ser vivo prominente de las tierras provoca en tu ser. Energía asimilada, ser pensante, ser viviente, cúmulo de estelas prominentes de la naturaleza, con el entendimiento eterno de carpe diem. Alma en pena, sentimiento profundo, estado de docilidad manifestado en su forma física. Fuego incandescente, luz en sobriedad, altura remanente estando en seriedad. Brillante, ambivalente, colores poderosos, heliotropo. Caminando por los cielos, flotando en la tempestad. Se llena mi ser de vívidos recuerdos que emanan quietud y soledad; sintiéndose uno tan en paz, pero será, será como debió ser, tendrá lo que debió tener, el deseo será fructífero y el bienestar, inexplicable. Hojas pacíficas, verdes como el olivo de la madre naturaleza y ella: brillante, roja, roja como la sangre, emana un aire de satisfacción, prófugo de la quietud, se convence el alma del ser fluctuante. Meciéndose en el vaivén de la perpleja primavera, se manifiesta como un ser vivo; casi tan poderoso e hipnótico como ser humano en cambio rutinario, luz que emana de su ser.
Finalmente lo veo. Una planta tan majestuosa de orígenes de antaño, utilizada con cautela y sabiduría para mejorar la salud, problemas en huesos, músculos y piel, magnífica belleza otorgada por la naturaleza.
Luz, prominente luz de Belladona.

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