miércoles, 8 de febrero de 2012

RENATA

Cuán bella flor que reposa silente sobre la cándida tierra del bosque primaveral, cuán sombrío atardecer que permanece en solsticio y temeroso de un nuevo amanecer; es así como la hermosa Renata permanece a causa de su terrible pérdida.
Talentosa por excelencia, bella por naturalidad, sublime el aroma que emana de su piel, como el néctar sagrado de un fruto de olivo, la fuente más poderosa de su belleza reposa fija sobre su pálida tez, sus ojos. Celestes y vivos como el reflejo del océano en un día lleno de luz; embriagantes, poderosos, manipuladores…
Cuerpo atlético que exige respeto y admiración, cabello largo, rizo y color miel. Descripción perfecta para una mujer cuyos atributos se deben al extraordinario trabajo empático del ser interior, de la superación personal, de su mágico esplendor interno que irradia felicidad, compasión, ternura, bienestar y embeleso. Una mujer que abraza la vida como ninguna otra.
El superfluo sentimiento y el suntuoso pensamiento que una vez la invadieron, se desvanecen ahora por la esplendorosa  práctica que realiza día con día. La fotografía. Su mejor aliado, su compañero vidente y testigo de sus encuentros con la naturaleza. El don opturador que sus ojos captan a través de la lente. Magnífica, talentosa, brillante su labor.
-He de aquí, que mis fotografías sean testigo de lo que soy- Comenta con afán a medida que avanza en tiempo y espacio su creciente ímpetu por conseguir lo que desea en la vida. Paz
Evocada en proseguir con su ardua labor, majestuosa y tenaz, se proyecta con la idea de revivir el recuerdo de su pequeño hermano fallecido hace tiempo. Tormentosa situación que impulsa a Renata a emprender el camino de la sanación y el perdón. Pues a la edad de doce años el pequeño Raúl de tan sólo dos meses de vida dejó su cuerpo para consagrar su alma con los espíritus celestes. Acto que provoca en Renata una desgarradora confusión que la invitan a caminar por el sendero de la compasión y la benevolencia…

Voy a contarte una historia
hermano Raúl
trata de una niña soñadora
ojos de azul
Creo que en menos de una hora
la historia contaré
ahora ve la bella aurora
que a continuación empezaré:

Cuenta una linda historia
sobre una soñadora
bella como ella sola
y hermosa como el clavel
Ella contemplaba con ternura
el hermoso atardecer
aquel sol de media altura
que la hacía estremecer

A lo lejos divisaba
la silueta del perdón
ella nunca imaginaba
que era la voz del corazón

Incrustada en el centro
de su pecho una flecha
sabía que estaba tan dentro
y el olvido nunca deja

Ella ve algo extraño,
es el amor desmesurado
poco a poco ha reaccionado
con el recuerdo de antaño

Ahora siempre llora
a cada día, a cada hora
hace tiempo que su corazón
se partió de la tristeza
era cuestión de amor
de una historia que embelesa

Y terminó en final feliz
hermano Raúl
pues ahora veo el  matiz 
en mis ojos de azul

Autora: Elizabeth Alejandra Rodríguez González- COPYRIGHT -Todos los derechos reservados.

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